Liliana a los 17 años se obsesionó por el ejercicio, todos los días iba sin falta al gimnasio donde conoció un entrenador, que luego se convirtió en su novio. Este le aconsejó que se aplicara un ciclo de esteroides para obtener mejores resultados en su figura. Lo que ella no sabía era el descontrol hormonal que le iba ocasionar este suplemento.
“Empecé hacerme ese ciclo y eso es una droga que entra en el cuerpo y que tú no lo puedes parar de un momento a otro. Para sacarlo hay que hacerlo lentamente”, relató.
Al cabo de un tiempo le salió un viaje a Estados Unidos y ella no lo podía cancelar, el problema era que allá no se podía aplicar la droga porque necesitaba un permiso, pero nunca se imaginó que por no ingerirlo durante unos meses su metabolismo se fuera desordenar.
“Mi cuerpo empezó a reaccionar al triple, si me comía una papa eran 20; el metabolismo me cambio por completo me pegué una engordada, subí más de 15 kilos a mis 18 años”, contó.
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