La actriz y cantante Laverne Cox puede presumir de ser una de las personalidades del mundo del espectáculo que defienden con mayor vehemencia los derechos de aquellos que, como ella, pertenecen a una minoría étnica y que además han tenido la valentía de someterse a un proceso tan complejo como el de un cambio de sexo para mostrarse al mundo tal y como son.
Sin embargo, la artista revela que hace unos años no podía evitar sufrir un grave complejo de inferioridad ligado a su doble condición de afroamericana y transexual, una actitud motivada por el racismo subyacente que sigue dominando ciertos sectores de la sociedad estadounidense.
Una de las manifestaciones de esa inseguridad, por desgracia para ella, quedó reflejada en lo mucho que tardó en poner fin a la absorbente relación que mantenía con un hombre que -como confiesa ahora la intérprete- la maltrataba "emocionalmente" y le hacía cargar de forma indirecta con la responsabilidad de sus adicciones.
"De lo que más me arrepiento es de haber estado en una relación emocionalmente abusiva con un alcohólico durante cuatro años. Pensaba que por ser de color y transexual, él era el único loco que podría enamorarse de mí. Esa relación casi me mata", revela en el último número de la revista Grazia.
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Esta no es la única experiencia negativa que ha vivido la protagonista de 'Orange is the New Black' en lo que al plano sentimental se refiere. De hecho, la artista reconoce que hace unos meses se llevó una gran decepción al conocer en persona a un hombre con el que había estado interactuando en el portal de citas OK Cupid y que parecía ser el pretendiente ideal. Durante el encuentro se dio cuenta de que el tipo en cuestión no era como se lo había imaginado físicamente y que, sin ánimo alguno de sumergirse en una profunda conversación con ella, su única intención era la de acostarse con ella.
"Hace años, tenía una cuenta en OK Cupid. Contaba con una hora y media para poder tomar una copa con un tipo con el que había estado hablando durante meses. Cuando llegó, no se parecía en nada al de las fotos, pero decidí quedarme. Me di cuenta que yo era la única que hablaba y eso no me gustó nada. Y entonces él me dijo: 'Me estoy imaginando a mí desnudo en tu casa'. Lo miré, saqué 20 dólares de mi monedero y le dije: 'Me voy, que tengas un buen día'", recuerda en la misma entrevista.
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Todos estos contratiempos, sin embargo, han servido para que Laverne acabara de desarrollar la fuerte personalidad y la confianza en sí misma que ahora sirven de ejemplo para muchos jóvenes que, al igual que ella, se identifican con un género que no se corresponde con su sexo biológico.
"De lo que más orgullosa estoy es que a través de mi trabajo puedo inspirar a otros a vivir con mayor autenticidad y a cambiarse de sexo. Mucha gente me dice que les he inspirado con mi historia", explica también.
Por: Bang Showbiz