El humorista Ricky Gervais no dejó títere con cabeza este domingo en la entrega de los Globos de Oro, celebrada en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles. Como ya sucedió en las tres ocasiones anteriores en las que se le confió el papel de presentador de la gala -2010, 2011 y 2012-, el británico no se mordió la lengua a la hora de burlarse de las estrellas de cine y de los escándalos que han sacudido Hollywood en el último año.
La primera de sus 'víctimas' fue Caitlyn Jenner -conocida como Bruce antes de su cambio de sexo-, a quien hizo alusión en el monólogo de presentación al prometer que sería benévolo porque había "cambiado" casi tanto como ella.
"He cambiado. No tanto como Bruce Jenner, obviamente. Ahora Caitlyn Jenner, por supuesto. Qué año ha tenido... Se ha convertido en un ejemplo a seguir para las personas transexuales de todo el mundo al demostrar su valentía rompiendo barreras y acabando con estereotipos. Por quien no ha hecho tanto ha sido por las mujeres conductoras, pero no se puede tener todo, ¿verdad?", afirmó Ricky haciendo referencia al accidente de tráfico en el que se vio envuelta la estrella televisiva el pasado mes de febrero, que le costó la vida a una mujer.
A lo largo de la velada tampoco podía faltar una alusión a los comentarios racistas del empresario Donald Trump -candidato a la presidencia de los Estados Unidos- sobre los emigrantes mexicanos, y el presentador no decepcionó a su público. Gervais dio paso a las actrices Eva Longoria y America Ferrera, encargadas de entregar el premio a Mejor Actor de Drama de Televisión, presentándolas como "dos personas a las que vuestro futuro presidente, Donald Trump, se muere de ganas de deportar".
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Gervais tampoco pudo resistirse a hacer referencia a uno de sus escándalos preferidos, la detención de Mel Gibson en 2006 por conducir bajo la influencia del alcohol y realizar comentarios antisemitas a un agente de policía, como ya hizo en anteriores entregas de los galardones.
"Ahora me encuentro en la incómoda situación de tener que presentar [a Mel]. A ver, estoy seguro de que es incómodo para los dos. Yo le echo la culpa a la NBC de esta situación tan horrible. Mel le echa la culpa a... Bueno, todos sabemos a quién le echa la culpa Mel. Todavía me siento mal por ello. Aparentemente a Mel ya se le ha olvidado todo, eso es lo que tiene la bebida. Pero quiero decir algo amable sobre Mel antes de que salga al escenario. Ahí va: preferiría tomarme una copa en una habitación de hotel con él antes que con Bill Cosby", afirmó Gervais ante un estupefacto auditorio, que no podía dar crédito a sus palabras refiriéndose a las acusaciones que pesan contra Cosby por drogar y abusar de varias mujeres.
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Sin embargo, Mel Gibson demostró que era capaz de tomarse con deportividad los comentarios del presentador al abrazarle tras subir al escenario para presentar el premio a Mejor Película de Drama.
"Me encanta ver a Ricky cada tres años porque me recuerda que debo hacerme una colonoscopia", afirmó la estrella de cine.
La joven Jennifer Lawrence, que en 2015 publicó un ensayo denunciando la diferencia de salario entre hombres y mujeres en la meca del cine, tampoco se libró de los incisivos comentarios de Gervais.
"Jennifer se convirtió en noticia al pedir un salario equitativo para las mujeres en Hollywood. Por ello recibió el apoyo del mundo entero. Se organizaron manifestaciones en las calles con enfermeras y trabajadores de fábricas al grito de: '¿Cómo demon*os va a sobrevivir una chica de 25 años con un sueldo de 52 millones de dólares?'".
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Y por supuesto, tampoco faltó el guiño a uno de los grandes escándalos del corazón en Hollywood, la separación de Ben Affleck y Jennifer Garner por una supuesta infidelidad del actor con la niñera de la familia. A la hora de dar paso a Matt Damon, íntimo amigo de Affleck, Gervais le presentó como "la única persona a la que Ben Affleck no le ha sido infiel".