Durante su viaje familiar a Tailandia el pasado abril, la estrella televisiva Kim Kardashian sopesó seriamente la posibilidad de adoptar a la joven Pink (13) -a quien conoció en una visita a un orfanato de la provincia de Phang Nga-, pero finalmente la estricta política de adopción tailandesa y el miedo de la niña a dejar atrás a su familia y amigos echaron por tierra sus planes.
Meses después de que su camino se cruzara con el de Kim, Pink -cuyo verdadero nombre es Laddawan Tong-Keaw- sigue considerando que tomó la decisión adecuada al no aceptar ser adoptada por la famosa celebridad y por su marido Kanye West -padres de la pequeña North (17 meses)- por emocionante que le pareciera en un principio la idea de dar un cambio radical a su vida.
"Cuando me enteré de que quería adoptarme me puse a temblar. Estaba muy emocionada. Iba a suponer un cambio enorme en mi vida. Hablé con mi madre sobre Kim y me dijo: 'Cuando acabes el instituto y seas capaz de cuidar de ti misma te daré permiso para irte a vivir con Kim si todavía quieres'. Pero el resto de niños del orfanato son como hermanos y hermanas para mí, y no podía dejarles atrás. Son mi familia, así que no podía simplemente marcharme. Quiero ayudar a mi país, quiero ayudar a que la gente aprenda más sobre Tailandia para comprendernos mejor. Por eso estoy pensando en convertirme en guía turística", aseguró la pequeña al periódico Daily Mail.
Aunque en la actualidad reside en un centro para niños sin hogar, Pink tiene una madre, Rose (44), que sufrió enormemente ante la difícil decisión de dejar partir a su hija para aprovechar una oportunidad única en la vida u obligarle a quedarse en su país natal, donde cada día debe recorrer más de 150 kilómetros en autobús para acudir a la escuela, lo que le obliga despertarse a las 5 de la mañana para no volver a casa hasta las 6 de la tarde.
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"Me sentí muy orgullosa cuando me enteré de que esa señora tan famosa quería adoptar a Pink pero al mismo tiempo no quería que se fuera con la familia Kardashian. Es muy joven y la echaría mucho de menos. Pensé: 'Dios mío, es una decisión muy difícil porque es una oportunidad buena para Pink, ser adoptada por una familia muy rica...'. Pero al final decidí dejarle elegir por ella misma. Así que le pregunté si quería irse o no y me contestó: 'No, mi familia está aquí y quiero quedarme'", explicó la madre de Pink.
Pese a haber rechazado la oferta de Kim de convertirse en un nuevo miembro del clan Kardashian, Pink todavía espera conocer algún día a la que podría haber sido su nueva familia, y en especial al rapero Kanye West y a la pequeña North.
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"Me gustaría verla de nuevo algún día si fuera posible. Pero no solo a Kim, también me gustaría conocer a su marido y a su hija. Me gustaría conocer a toda la familia", aseguró Pink.