La actriz Kerry Washington es plenamente consciente de que para triunfar en la meca del cine se necesita una gran dosis de determinación y, sobre todo, la voluntad de someterse a toda clase de sacrificios que allanen el camino al éxito, por lo que no resulta extraño que la estrella de cine tuviera que atravesar un sinfín de experiencias laborales en su juventud para ahorrar todo el dinero posible antes de dar el salto al mundo del celuloide.
"Sí, es verdad que antes de recibir mi primer papel para una película tenía que combinar diferentes trabajos para sobrevivir, entre unas cosas y otras acabé pluriempleada. Me licencié en Antropología y Humanidades antes de tener claro que quería ser actriz, pero para poder sobrevivir durante los primeros años en este negocio tuve que trabajar de camarera y como profesora de yoga. Tuve la suerte de vivir un tiempo en la India y conseguir el certificado para dar clases", aseguró a la revista Stylist.
Aunque siempre tuvo claro que su sueño estaba más relacionado con los focos del mundo del espectáculo que con su brillante vida académica, Kerry reconoce que durante unos meses acabó completamente "sumergida" en su empleo por los buenos resultados que le brindaba su labor como profesora, hasta el punto de que tuvo que marcarse ciertos límites en su semana lectiva para no alejarse demasiado de su objetivo final.
"Suele pasar que, cuando te sientes comprometida con tus obligaciones, sean de tu agrado o no, acabas sumergida por completo en ese microuniverso y parece que tu vida se limita únicamente a ese entorno laboral. En mi caso, además, disfrutaba mucho con lo que hacía, pero me di cuenta de que nunca desarrollaría una carrera sólida como actriz si no reducía las horas de clase y sacaba tiempo para preparar las audiciones", aseguró al mismo medio la flamante protagonista de la serie 'Scandal'.
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