El actor Keanu Reeves -famoso por protagonizar la trilogía 'Matrix'- demostró no ser ninguna estrella de Hollywood con aires de grandeza al esperar pacientemente durante veinte minutos a la puerta del club The Leonora en el barrio neoyorquino de Chelsea para poder entrar a su propia fiesta para celebrar el final del rodaje de la película 'Daughter of God', ya que una confusión por parte de la organización hizo que los porteros no le permitieran el paso en un principio.
"Keanu estuvo esperando muy pacientemente. No creo que le dijera nada al portero, en plan: 'Soy Keanu Reeves'. Nadie le reconoció porque tiene un aspecto muy ordinario. Estaba lloviendo, pero se limitó a esperar con dos amigos para poder entrar. No actuó de ninguna manera especial para demostrar que tiene dinero", explicó el chófer de la limusina que utilizó esa noche el intérprete al periódico New York Post.
Una vez descubierta la confusión, el propietario del exclusivo club se deshizo en disculpas con Keanu, quien al parecer le había dado tan poca importancia a lo sucedido que ni siquiera se molestó en quejarse ante los organizadores.
"No sabía que le habían tenido esperando, y no me dijo nada. Es una persona muy relajada", declaró el dueño del local.
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Durante el transcurso de la velada, Keanu volvió a demostrar ser una persona con los pies en la tierra al tomarse grandes molestias para averiguar quién era el propietario de una tarjeta de crédito que encontró en el suelo, llegando incluso a realizar él mismo un anuncio a través del micrófono del pinchadiscos.