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Aunque la semana pasada Justin Bieber y Selena Gomez pusieron de manifiesto que habían enterrado definitivamente todas aquellas peleas que les habían impedido encontrar la estabilidad sentimental, la pareja habría protagonizado una fuerte discusión el domingo pasado que podría situarle de nuevo al borde del abismo, un nuevo desencuentro relacionado con el hecho de que Scooter Braun -mánager del canadiense- había decidido no invitar a la joven cantante a su enlace matrimonial.
"Scooter le dijo claramente a Justin que no quería a Selena en la boda, que solo le estaba invitando a él, porque de otra manera los recién casados acabarían cediendo sin quererlo todo el protagonismo a Justin y a Selena ahora que volvían a estar juntos. El caso es que Justin acabó plegándose a sus deseos y comunicó a Selena que acudiría a la boda en solitario. A partir de ahí, los gritos y las discusiones no han dejado de sucederse", aseguró un informante al portal de noticias HollywoodLife.com.
Según los allegados a la que fuera angelical niña Disney, la escasa consideración que habría mostrado Justin al permitir que su chica se quedara sola en casa no les ha cogido precisamente por sorpresa, ya que a su juicio el polémico intérprete no tiene ninguna intención de sentar la cabeza con la vocalista y, mucho menos, de renunciar a la posibilidad de seguir coqueteando con atractivas mujeres cada vez que se le presente la oportunidad.
"No sabemos qué le está pasando a Selena estos días, porque después de todas las decepciones que Justin le ha causado, parece que todavía no se ha dado cuenta de que este chico es una influencia muy perjudicial para ella. Selena es consciente de que a Justin le encanta tontear y verse siempre rodeado de mujeres espectaculares, pero se niega a reconocer la realidad. Se comporta como si Justin le hubiera lavado el cerebro", confesaba una fuente al mismo medio.
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