La presión de pertenecer a uno de los grupos con mayor éxito a nivel internacional ha terminado por pasar factura a Jason Orange después de que Take That retomara su andadura musical en 2006, hasta el punto de dejarse crecer el pelo y la barba para pasar desapercibido una vez tomada la decisión esta semana de abandonar la formación -compuesta en sus inicios por Gary Barlow, Howard Donald, Mark Owen, Robbie Williams y el propio Orange- para siempre.
"Es la persona más gruñona del mundo. Le preguntamos si podíamos hacernos una fotografía rápida con él y nos contestó: 'No, esta industria hace que me sienta violado'. Iba acompañado por un pequeño grupo de chicas. Intentamos ser extremadamente educados pero su respuesta fue un rotundo no. Mi amiga incluso trató de explicarle que había gastado dinero acudiendo a un concierto suyo, pero él simplemente se marchó", aseguró un fan de Take That al periódico The Sun después de su encuentro con el cantante en la ciudad de Manchester.
En la actualidad, el excomponente de la banda británica prefiere ocupar su tiempo viajando alrededor del mundo como un mochilero más, antes que cultivando una carrera discográfica en solitario o acompañando a sus antiguos compañeros de Take That en su vuelta a los escenarios.
"Jason odiaba la idea de estar en el grupo desde un primer momento. Lo que de verdad le gusta es viajar por el mundo con su mochila, ser una persona anónima. Le gusta considerarse un pensador. Por fin siente que ha recuperado su vida. Ahora puede largarse y hacer lo que quiera en cada momento", aseguraba una fuente al mismo medio tras el anuncio de la salida de Jason de la banda.
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