El Festival de Cannes ha demostrado en numerosas ocasiones que no es un mero certamen de cine, sino uno de los mejores escaparates del glamour y la elegancia a nivel mundial. Por eso uno de los grandes alicientes de este año era sin duda la presencia de la actriz Eva Longoria y el diseñador Olivier Rousteing en calidad de embajadores de las firmas L'Oreal y Balmain, respectivamente, protagonistas de un exclusivo evento que congregó ayer miércoles en el paseo de la Croisette a un sinfín de modelos impecablemente maquilladas y vestidas para la ocasión.
Mientras que el famoso director creativo de Balmain llegó a la escalinata del Palais de Festivals escoltado por un ejército de maniquíes que exhibían algunos de los modelos de su última colección, Eva prefirió presentarse directamente ante los reporteros gráficos en la alfombra roja del photocall, donde tiró de clase y sensualidad para posar con todos ellos y cumplir así su sueño de convertirse por un día en "musa" del joven e indomable diseñador.
"Es como un sueño hecho realidad ser la musa de este hombre por una noche. Gracias Olivier Rousteing por este maravilloso vestido y por un espíritu aún más maravilloso. #Balmain #Cannes 2017 #LorealCannes", escribió la intérprete en su Instagram junto a una foto de la pareja dedicando una mirada llena de fuerza y garra a los reporteros gráficos.
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No obstante, la que fuera protagonista de 'Mujeres Desesperadas' no parece haber quedado demasiado satisfecha con otra de las imágenes que dejó su paso por la costa azul francesa, la que la retrata en el centro de un grupo de modelos de altura considerable entre las que, como no podía ser de otra forma, destacaba la recién estrenada mamá Irina Shayk.
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"Aquí estamos las modelos... Llevo tacones de 12 centímetros y aun así no soy capaz de estar a la altura. Soy demasiado bajita", aseguró en tono jocoso para describir otra de las publicaciones que compartió en Instagram.
Además de unir fuerzas con el aclamado Olivier Rousteing para terminar de consagrar a Cannes como la gran capital de la moda en la temporada primaveral, la intérprete y activista aprovechará el resto de su estancia en la Riviera Francesa para disfrutar junto a su marido José Bastón de una especie de reedición de su luna de miel.
"Vamos a intentar hacer de este viaje unas minivacaciones. Es que mi marido es lo mejor que tengo en esta vida, hay gente a la que le irrita profundamente vernos juntos porque parece que nos queremos demasiado", explicaba Eva a la revista People.
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