Para Kim Kardashian está resultando todo un desafío levantarse cada mañana de la cama durante su segundo embarazo, que anunció el pasado domingo en su programa 'Keeping Up with the Kardashians', debido a las severas náuseas que sufre.
"Para ser sincera, he tenido unas náuseas muy malas, por el día y por la noche. Apenas puedo salir de la cama", reveló Kim a Us Weekly.
Pero la mujer de Kanye West insiste en que "merece la pena sentirse como el cu*o" con tal de poder cumplir su sueño de darle un hermanito o hermanita a su hija North de 23 meses, porque había llegado a temer que no podría volver a quedarse embarazada.
"Está siendo un tipo de gestación muy diferente a mi primera, pero me siento muy agradecida por estar embarazada cuando pensaba que jamás volvería a estarlo, así que no me importa lo mal que me sienta", confesó.
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Durante los últimos meses Kim ha dejado constancia en su programa de televisión sobre sus interminables visitas a decenas de médicos en busca de ayuda para quedar embarazada.
"Un doctor me dijo que tendría que sacarme el útero después de tener otro bebé. Solo podría tener uno más, otro me decía que tenía que conseguir un vientre de alquiler, otro decía que no, que estaré bien. Luego llamaba a mi médico y me decía: '¿Sabes qué? Creo que lo superaremos'. Hubo momentos en los que salía del médico llorando como una loca y otros en los que me decía a mí misma que todo parecía ir bien, que seguro que acababa siendo ese mes. La espera ha sido toda una montaña rusa", revela Kim en el número de julio de la edición estadounidense de la revista Glamour.
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Por: Bang Showbiz