Han pasado cinco años desde que muriera Michael Jackson y el desacreditado médico, Conrad Murray, condenado por homicidio imprudente tras la intoxicación por Propofol que acabó con la vida del rey del pop, se siente "arrepentido" por todo lo sucedido, pero insiste en que no fue él el responsable del fallecimiento del artista.
"No soy un asesino, me arrepiento de lo sucedido y lamento que todo terminase así, porque Michael era mi amigo y logró emocionarme en muchas ocasiones. Llegué incluso a sentirme como si fuese su padre, aunque no fuese lo suficientemente mayor como para serlo, pero sentía que estaba protegiéndolo todo el tiempo. De hecho, le aporté una seguridad y protección que nunca jamás había tenido", confesó Murray en una entrevista a la cadena CNN.
Pero a pesar de que Murray no podrá volver a ejercer como médico después de lo sucedido, y aunque ha pasado por momentos muy duros desde el fallecimiento de Michael, no siente ningún rencor hacia el artista.
"He sufrido mucho, no hay ninguna duda sobre eso. Pero no odio a Michael, porque él no lo hizo para perjudicarme. Estoy seguro de que no hubiese querido que me pasase esto. Lo que le ocurrió a Michael cuando yo no estaba allí fue producto de su propio error de juicio, creo que sucedió porque era una persona ilógica, irracional, y estaba bajo el síndrome de abstinencia del Demerol", reveló.
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Murray reconoce que llora por la muerte de Michael cada día y no pierde la esperanza de poder volver a hablar con los hijos de la estrella en el futuro.
"La pérdida es tremenda, lloro por Michael todos los días y por sus hijos. Los niños solían abrazarme, me querían mucho. Quizá algún día querrán volver a hablarme", afirmó.
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