Laura Osma se encontraba en Santa Marta haciendo una de las cosas que más le gusta en la vida: bucear, cuando de repente sintió que algo la picó en medio del mar y quedó paralizada.
“Voy nadando hacia el fondo de mar y cuando me dispongo a caretear, siento un corrientazo en mi pierna y di un grito, pero me quedé congelada porque fue súper fuerte”, cuenta a La Red, añadiendo que su pierna se hinchó y no podía caminar, por lo que tuvo que tomar antibióticos. Además, le quedaron cicatrices que difícilmente se podrán borrar de su piel.