Aunque Kate del Castillo es una de las estrellas mexicanas más internacionales, ella se niega a someterse a los dictados de la industria del cine en cuestiones de belleza por dos razones: la primera, porque no cambiaría sus curvas latinas por nada ni nadie, y la segunda, porque las mujeres que se precian de utilizar una 'talla cero' no le parecen saludables.
"Jamás podría ser [una talla cero], se me hacen enfermas. No me gusta. Además, soy latina, me gusta que se vea a una mujer sana. A mi edad, la verdad es que me vale gorro cómo me vea. Me gusta verme bien, estoy cómoda con mi cuerpo, con lo que Dios me ha dado porque además toda la vida, desde pequeñita, me ha gustado hacer ejercicio. Y sí, me cuido mucho, pero tampoco en exceso. Me pongo límites en el sentido de que tampoco pasa nada. He estado comiendo muchísimo desde que regresé a México y no me importa", confiesa la intérprete en una entrevista a la revista Teve.
Pero a pesar de esa seguridad en sí misma, Kate también tiene un punto flaco, que no es otro que su corta estatura, y por eso casi nunca sale de casa sin subirse antes a un par de buenos tacones.
"Y dale... soy chaparra, sí. Por eso siempre me pongo tacones, cuando no me los pongo no soy nadie. Pero hoy no me sentía muy bien la verdad. Soy chiquitita de tamaño, pero tengo mis curvas", añade Kate cuando le comentan lo sorprendente que resulta descubrir en la vida real lo baja que es.
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Por: Bang Showbiz