Cuando piensan que todo está perdido, las autoridades logran esclarecer que Tiburcio no es ‘La Arañita’ y que Dalila sería la verdadera culpable tras hallar una carta junto a su cuerpo escrita, supuestamente, antes de su suicido.
Esto le permite a Tiburcio volver a ver a su familia y Felicito queda sorprendido y muy arrepentido al culparle de todos esos delitos. Sin embargo, Tiburcio prefiere culpar a Lituma y Silva por distorsionar su caso.