La actriz Amanda Seyfried ha tratado de llevar con la mayor discreción posible el hecho de que espera su primer hijo con su prometido Thomas Sadoski, pero eso no ha evitado que la intérprete, sin pretenderlo, haya ofrecido a la opinión pública alguna que otra pista sobre uno de los aspectos más relevantes de su primera incursión en la maternidad al hablar abiertamente de la afición que ha desarrollado por el queso.
"Creo que una de las pocas cosas que de verdad me pide el cuerpo es la ingesta de calcio, así que me ha dado por comer mucho queso, del que puedo decir claramente que es lo mejor del mundo", explicó la intérprete en conversación con la revista W, antes de empezar a referirse a su futuro retoño en masculino.
"Bueno, pase lo que pase, solo espero que a él le siga gustando el queso de por vida, porque yo no podré oponerme a que el niño coma tanto queso como le apetezca", reveló durante la entrevista.
Tan probable es que a la intérprete le haya traicionado el subconsciente y que haya revelado sin quererlo el sexo de su bebé como que haya sufrido un pequeño lapsus mental del que sería precipitado extraer conclusiones definitivas, ya que Amanda no ha vuelto a pronunciarse sobre el tema ni para corroborar el sentido de sus palabras ni para excusarse por lo que podría haber sido un mero error.
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Por el contrario, la estrella de Hollywood se ha mostrado mucho más clara a la hora de expresarse sobre lo incómodo que le resulta a día de hoy estar cerca de personas cuyo "olor corporal" sea demasiado fuerte, una cuestión a la que nunca había dado mucha importancia pero que ahora atribuye sin duda a su condición de embarazada.
"Lo único que no puedo tolerar en estos momentos es un olor corporal que sea excesivamente intenso. Antes me resultaba indiferente, podría decir: 'Bueno, no está mal'. Pero ahora mismo no soporto estar en la misma habitación con una persona así, tengo que marcharme. No lo puedo soportar", aseguró.
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