Gertrudis no descansará hasta conocer a la amante de Felicito, pero no podrá hacerlo sola, así que le pide a Armida que la acompañe hasta el restaurante donde ella trabaja y cuando termina su turno, deciden seguirla hasta su casa.
No le sorprende el lugar donde vive Mabel, ya que cree que probablemente lo está pagando Felicito, pero no se atreve a bajarse del carro para confrontarla y prefiere ver de lejos lo que sucede en las afueras, más aún cuando Felicito llega al mismo lugar en busca de la joven cantante.