Gertrudis, Tiburcio y Albeiro parecen tener una relación cordial y ella termina ayudando al padre de su hijo a rehacer su vida y conseguir un lugar en donde trabajar.
Pero eso no es todo, Gertrudis permite que Albeiro viva en su casa con tal de que Tiburcio regrese a su hogar y esta ‘amistad’ no le gusta a Felicito.