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Humor colombiano
Humor colombiano
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La imaginación le jugó una mala pasada a este humorista, pues por interpretar las cosas mal tuvo que enfrentar un vergonzoso momento y desde entonces tiene claro que cuando una persona duerme encima de otra, quiere decir que están en un camarote.
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Según este humorista, existen tías ricas y pobres, la gran diferencia que hay entre ellas es que la primera es una mujer de alta sociedad, mientras que la segunda es una mujer de alta suciedad. ¿Así o más claro?
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Este humorista cree que los colombianos no tenemos una raza definida, pues ni siquiera poseemos un color característico, en ocasiones nos ponemos blancos del susto, verdes de la envidia y rojos de la ira. ¡Qué dilema!
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Desde muy pequeña, descubrió junto a su padre que tenía una particular habilidad que le permitiría tener éxito como mesera. Ahora que ha conseguido empleo en un restaurante, está asombrada con las exigencias de los clientes.
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Definitivamente, la labor de los docentes es de admirar, pues con la llegada de la pandemia tuvieron que renovar por completo sus métodos de enseñanza, hasta crearon una nueva modalidad para dar las malas notas.
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Este humorista decidió llamar al Gato para saludarlo, pero terminaron teniendo una curiosa conversación sobre sus abuelos, quienes no solo tuvieron una cantidad impresionante de hijos, sino también acumularon mucho dinero.
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Este candidato quiere hacer historia y para ello ha decidido incluir en su campaña a los hermanos Reyes, de Pasión de Gavilanes. No te pierdas ninguna de las alocadas propuestas, ya que te harán llorar de la risa.
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Prepárate porque Carroloco, Don Jediondo, Fosforito y César Corredor han venido recargados de humor para sacarte innumerables sonrisas. Luego de escuchar sus chistes, querrás salir a contarlos de inmediato.
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Este humorista está muy contento ya que han pasado seis meses desde que llegó el coronavirus y no solo está sano, también aprendió muchas cosas, por ejemplo: nunca imaginó que el alcohol sería un gran aliado.
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Para hacer reír a alguien no se necesita mucho tiempo y Chumillo es el claro ejemplo de esto. Su corto y divertido relato te dejará doliendo las mejillas, pues no podrás evitar sonreír.