Para una pareja que ya ha protagonizado dos separaciones de un año de duración, parece que la cantante Pink está tentando a la suerte al hablar de los problemas matrimoniales a los que se enfrenta casi a diario con su marido, el piloto de motos Carey Hart, en la actual promoción de su nuevo trabajo discográfico. Sin embargo, ajena a las antiguas tensiones que puedan reavivar sus palabras, ella no tiene ningún reparo en reconocer que no puede afirmar a ciencia cierta que el padre de sus dos hijas y ella vayan a pasar juntos el resto de sus vidas.
"Yo nunca diría nunca. Ahora mismo todo va muy bien. Pero cualquier relación a largo plazo acaba siendo un desastre. Hay un montón de altibajos y hay que afrontar la situación día a día", ha apuntado la intérprete en una entrevista al dominical The Sun on Sunday.
Apenas unos días antes, la artista explicaba en una aparición televisiva que en los primeros años de matrimonio las discusiones con su pareja eran una constante, aunque afortunadamente ambos han sido capaces de romper esa dinámica poco sana ahora que son padres.
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"Hemos aprendido el arte de la comunicación. Al menos ahora no le devuelvo mi anillo de boda cada noche, como solía hacer antes, porque la verdad es que era algo ridículo y además ya no consigo quitármelo del dedo", explicaba en el programa australiano '60 Minutes'.
Entre las perlas acerca de su vida doméstica que ha dejado la gira promocional de su disco, destacan los comentarios de la cantante acerca de lo mucho que consigue sacarla de quicio su esposo o lo tentada que se siente en ocasiones de "apuñalarle con un tenedor". La mejor terapia que ha encontrado para combatir esos arranques de ira ha sido el sentido del humor, como ella misma confiesa, afrontando con tantas risas como sea posible aquellos momentos en los que siente que su matrimonio pende de un hilo.
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Por: Bang Showbiz