Aunque Tilda Swinton recibió una exclusiva educación propia de una joven de clase alta en los mejores internados británicos, donde llegó a compartir aula con la mismísima princesa Diana en el colegio femenino West Heath, la actriz no guarda precisamente un buen recuerdo de esos años formativos debido a su experiencia personal viviendo y estudiando en este tipo de centros, en los que aparentemente reina una atmósfera muy diferente a la que se esperaría encontrar debido a la imagen idílica de aventura y camadería que han pintado de ellos la literatura y el cine .
"Creo que es un ambiente muy cruel en el que crecer, y no creo que los niños se beneficien en absoluto de este tipo de educación. Los niños necesitan a sus padres. Por eso me gustan tan poco las películas como 'Harry Potter' [donde el protagonista acudía al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería], que tienden a idealizar ese tipo de lugares", aseguró la intérprete, famosa tanto por su particular físico como por sus controvertidas elecciones profesionales, en una entrevista a la revista The Scots Magazine.
La frustración que experimentó Tilda durante su etapa escolar le empujó en su vida adulta a fundar el colegio Drumduan Upper School, un centro que abrió sus puertas en 2013 cerca de su residencia familiar en Nairn (Escocia) y que ofrece un tipo de educación liberal en la que los estudiantes adquieren conocimientos a través de la práctica de distintas disciplinas artísticas, incluyendo construir barcos y plantar árboles, sin exámenes ni lecciones teóricas. Los dos hijos de la actriz, Xavier y Honor -ahora dos jóvenes de 19 años-, estudiaron en ese centro, rompiendo así la tradición de su familia materna de la que tanto ha intentado huir Tilda.
"Yo crecí en una circunstancias privilegiadas y se esperaba que acabara casándome con un duque. Invertí mucho tiempo y energía para asegurarme de no acabar viviendo la vida que se había construido de antemano para mí", afirmó la rebelde artista.
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