Además de cultivar con dedicación su prolífica trayectoria cinematográfica, la actriz Reese Witherspoon también se ha marcado como objetivo fundamental seguir siendo el principal modelo de conducta para sus tres hijos, Ava (17), Deacon (13) -fruto de su extinto matrimonio con Ryan Phillippe- y Tennessee (4), a quien tuvo con su actual marido, Jim Toth, ya que espera que su ejemplo haga de ellos unos chicos "apasionados y trabajadores" a la hora de afrontar cualquier reto que les marque la vida.
"Mi madre trabajó muy duro y yo tuve la suerte de ser testigo de su esfuerzo y entrega, por eso creo que es muy importante que los niños se críen en un entorno en el que puedan ver cómo las personas luchan a diario para salir adelante. Espero que estos años les estén sirviendo para ser personas trabajadoras y apasionadas en un futuro, para ir aprendiendo que la vida es así y que hay que vivirla al máximo hasta el final", se sinceró la intérprete a la revista InStyle.
Más allá de los dolores de cabeza que pueda vivir al tener que ocuparse, junto a su pareja, de una familia numerosa sin descuidar por ello sus compromisos profesionales, la artista estadounidense se considera inmensamente afortunada de tener un ámbito familiar tan ajetreado, pero sobre todo de que sus dos hijos mayores estén haciendo todo lo posible por facilitarle la tarea.
"Estoy aguantando lo mejor que puedo, atravesar este camino de la mejor forma posible", bromeó en la misma conversación antes de agradecer públicamente a sus vástagos de que se hayan involucrado tanto en el cuidado de su hermanito. "Los mayores se desviven por el pequeño y me están ayudando mucho. Esa es una de las cosas que me encantan de haber formado una familia tan grande, aunque en ocasiones no tenga la oportunidad de dormir lo que debería", aseguró.
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El paso de los años y la experiencia que ha acumulado tanto en el plano profesional como en el familiar ha convertido a Reese Witherspoon (40) en una mujer mucho más segura de sí misma y que no podría sentirse más a gusto en su propia piel.
"Me he dado cuenta de que la vida es demasiado corta como para perder el tiempo en gente y situaciones que no merecen la pena. Ahora tengo mucha más confianza en mí misma y en mi criterio, si alguien no me respeta, no me valora o no me trata como me merezco, puedo decirle claramente a la cara: 'No, no quiero trabajar contigo'", manifestó.
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