Nada más llegar a Los Ángeles, Kim Kardashian se deshizo de su sobria ropa de la costa este para enfundarse uno de los apretadísimos vestidos que tanto le gustan. Y nosotros encantados, porque su sello de identidad siguen siendo los excesos, y sin un buen escote, ya no es nuestra Kim de siempre.
Actualizado: febrero 05, 2016 06:57 p. m.