El día que Kelly Brook decidió ponerse esas uñas postizas la gente de su barrio pensó que el fin del mundo estaba cerca y que las utilizaría como defensa ante lo que pudiera ocurrir. Menos mal que con su ropa, mucho más angelical que sus uñas, sus vecinos se han enterado que todo está en calma.
Actualizado: febrero 05, 2016 06:19 p. m.