A pesar de lo que muchos piensan, Ibrahim Salem no quería ser comediante, quería ser chef aunque no le gustan las frutas sin pepa e hizo un análisis de algunas de ellas como el coco, el banano, la mandarina, el anón y el aguacate.
Otra de sus profesiones soñadas fue la de piloto de aviones, pero es consciente de que su nombre no lo ayuda mucho porque les da miedo a los pasajeros.