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Colombianos denuncian que irresistibles proyectos de vivienda se convirtieron en pesadilla

Séptimo Día conoció denuncias en diferentes partes del país por parte de compradores que señalan se dejaron seducir por irresistibles proyectos de vivienda.

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¿Se imagina que después de pasar toda una vida ahorrando para una casa la constructora que recibió esos ahorros le incumple? Es un drama que le está pasando a decenas de familias en diferentes partes del país, hoy siguen pagando arriendo o lo que es más grave: tienen que buscar dónde vivir sin contar con recursos suficientes aguardando porque ocurra un milagro que les permita salvar el dinero que entregaron. ¿Cómo funcionan este tipo de constructoras? Según sus compradores, se trata de constructoras pequeñas sin mayor trayectoria en el mercado que ofrecen proyectos innovadores en muchos casos a través de plataformas digitales y que según ellos terminan engañando durante años con distintas excusas para posponer las entregas de sus viviendas y algunas de ellas siguen ofreciendo proyectos.

Este es el caso de Leonor Bornacelli, una mujer de 75 años, que al quedar viuda decidió que la felicidad para el resto de su vida era refugiarse en sus tres hijos y sus familias, gozarse a sus nietos será la gasolina que necesitaba su corazón para seguir disfrutando luego de la muerte de su esposo. La mujer vendió su casa en el 2014 y decidió mudarse cerca de sus familiares, gracias a que encontró un apartamento en un edificio el cual compró prácticamente de contando, según comenta. $90 millones que representaban todo su patrimonio, una inversión que durante nueve años ha sido su eterna pesadilla.

Junto a la vía de la Prosperidad, que es el acceso directo a la zona industrial y también a la zona portuaria de Barranquilla, estaría ubicado el proyecto según lo que prometían sus constructores, pero hoy casi 7 años después lo que encontramos es una estación de gasolina, un montallantas y varios metros de lote baldío. Ese desasosiego que invade a Leonor lo padecen también 254 compradores que entre el 2014 y el 2015 entregaron todos sus ahorros con la ilusión de recibir sus apartamentos dos años después, como ocurre con Mauricio Bautista o Pablo Barros, para quien la ilusión de tener apartamento en Barranquilla, su tierra natal, también quedó en solo cortinas de humo. Luis Pimienta, un agente inmobiliario de la región, tampoco se resistió a la tentación de comprar allí su apartamento propio. Algo parecido le ocurrió a Yanelli Vizcaíno, ella se enamoró del proyecto pensando en sus hijas.

Quienes compraron en este proyecto en Puerto Colombia coinciden en afirmar que lo que les prometió la constructora para entregarles dos años después, es decir en 2016, era irresistible, pero todo terminó en pesadilla.

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Reviva la investigación completa de Séptimo Día aquí:

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