Poco a poco, Shirley del Castillo empieza a convertirse en la piedra en el zapato de Miguel Morales, al no perderle la pista para acercarse e intentar seducirlo, pero él se mantiene firme y la rechaza a toda costa.
Si hay algo que a una mujer le duele, es sentirse rechazada y por eso Shirley tomará cartas en el asunto para que Miguel caiga rendido a sus pies, a como dé lugar. Así tenga que aprovecharse de sus atributos, de que Pimiento se desvive por ella y de lo manipuladora que puede llegar a ser.
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