El 2016 nunca será olvidado para los hermanos Turizo, pues ese fue el año que cambió por completo sus vidas. Manuel y Julián ahora gozan de todos los triunfos que consiguieron a punta de sacrificios y de las enseñanzas aprendidas durante los momentos difíciles.
Antes de obtener la fama y el éxito internacional, los jóvenes conocieron lo que es tener necesidades económicas, debido a que el negocio de su padre, con el cual se sostenía la familia, se vino a pique. Sin embargo, fue a partir de la música que pudieron rehacer sus vidas.
Manuel había abandonado el colegio en Montería, mientras que Julian dejó la carrera de derecho en Medellín para dedicarse con su hermano al canto.
"Antes de irse a vivir conmigo, en Medellín, mi hermano me llamaba y me decía: "todo lo que están haciendo mis papás es para enviártelo a ti, para que puedas mercar", eran las palabras que le decía Julián a Manuel.
A partir de ahí, se dedicaron a componer canciones, con el sueño de alguna vez llegarse a convertir en músicos reconocidos.
"Como no tenía plata para salir con mis amigos, entonces me encerraba todas las tardes y componía para sacar la rabia y la tristeza. Para no pensar. Hacíamos canciones por teléfono", recuerda Manuel.
Trazándose un camino, el primer toque que realizaron fue en Montería, ganando la simbólica suma de 50 mil pesos, sin llegar a imaginarse, quizás, que esos serían los primeros frutos de los millones que vendrían.
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