Kaleth está furioso con Miguel y por más que sea su padre le termina poniendo su ‘tatequieto’ por haberle roto el corazón a su madre. Además, le asegura en una acalorada discusión que ya no tiene ningún derecho moral de controlarlo.
Como es costumbre, el joven termina encontrando en la música una forma de desahogarse y olvidarse de los problemas. Además, su talento tiene enamorada a una de sus compañeras.