Tocar el cielo con las manos, pero colgar de un hilo. Esa es la vida de un inmigrante colombiano que terminó limpiando vidrios en los rascacielos más altos de Manhattan. De ser un sin papeles, invisible hasta para la policía, se volvió viral gracias a un video de
Crecer o no crecer esa es la cuestión, para unos porque creen en la teoría del decrecimiento económico, para otros porque no encuentran oportunidades para progresar y se estrellan contra los llamados techos de cristal. Dentro de la ola de colombianos que han empacado maletas en busca del llamado sueño americano, hay uno que resume la fragilidad de los migrantes indocumentados. Colgando de un hilo, a 60 pisos de altura, se juega la vida todos los días limpiando los vidrios de los rascacielos de Nueva York, en un oficio que empezaron a hacer los inmigrantes irlandeses, italianos y ucranianos hace un siglo, cuando se construyeron los primeros rascacielos, como respuesta a la gran depresión económica de ese entonces.