Imagínese que un día se siente tan amenazado y asustado que agarra en una mochila un par de zapatos, un pantalón, el celular y arranca a correr para alcanzar el último avión que lo sacará de su país para siempre. Eso hizo Salem Wahdat quien dejó su corazón en
Solo tuvo tiempo para empacar un par de cosas, lo que él pensaba eran suficientes para sobrevivir. Era mejor andar ligero porque el aeropuerto era lo más parecido a una escena apocalíptica.
Ahora tiene pinta de turista y hasta parece un poco perdido con cara de ser un refugiado más, pero Wahdat fue asesor presidencial, diplomático y traductor; ahora malvive en Estambul sin un peso en el bolsillo y con el corazón arrugado, fue uno de los pocos que pudieron escapar de Kabul y contó a Los Informantes que él no tuvo tiempo de mirar atrás cuando los talibanes derrocaron al presidente; además, siembra la duda de por qué los talibanes llegaron a Kabul tan rápido y las tropas de Estados Unidos, en cambio, si tuvieron tiempo para abandonar su país.