Los toros y los toreros son, hoy en día, sinónimo de polémica. Mientras los aficionados defienden las corridas como una tradición cultural milenaria; muchos repudian la fiesta brava por considerarla maltrato animal puro y duro. para unos, cultura; para otros, tortura. pero hubo un tiempo en que las plazas vivían a reventar y los buenos matadores eran superestrellas. Como Pepe Cáceres, el primer gran torero colombiano y el primero en salir en hombros de las plazas más prestigiosas del mundo. Pepe Cáceres, murió en su ley; y su hijo, Sebastián Eslava, le hizo un homenaje monumental en la suya: de película.
Sebastián Eslava tenía dos años cuando un toro mató a Pepe Cáceres y quedó huérfano. Creció con un mito de figura paterna y tal vez por eso desde que decidió dedicarse al cine y a la televisión se le metió en la cabeza que grabaría una película sobre ese hombre célebre y valiente que creció pobre en un pueblo sin ninguna tradición taurina y terminó saliendo por la puerta grande. Los Informantes se metió al ruedo con Sebastián. Definitivamente padre no hay sino uno.
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