El trabajo infantil es una tragedia, pero lo que pasa en el Catatumbo, es sorprendente. Algunos colegios de la región tuvieron que organizar un sistema para evitar a toda costa que los niños dejaran de ir a clase. Aquellos estudiantes que tienen que ayudar a la casa y trabajan como raspachines arrancando las hojas y haciendo pasta base de coca para ganarse unos pesos -porque es lo que hay, piden permiso en el colegio para trabajar en los cultivos una o dos semanas y luego regresar. Licencia para raspar y para estudiar. Una realidad abrumadora.
Colombia está inundada de coca y una de las zonas más sembradas del país es el Catatumbo, que paradójicamente está pasando por una crisis social muy seria. Los Informantes se internó en el territorio y se encontró con otra sorpresa: debido a la falta de mano de obra y por la necesidad de tantas familias, los niños son los más populares en la cadena para trabajar arrancándole las hojas a las matas de coca como raspachines, pero lo triste no es solamente eso, el sistema educativo de la zona organizó en sus colegios jornadas para que los chicos que lo necesiten puedan raspar unos días o unas semanas sin desertar y luego regresar para seguir estudiando. Otra alternancia: a veces raspan y a veces van al colegio.
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