Libardo está muy feliz y emocionado por recibir nuevamente su título de alcalde de Villafuerte, pero pronto la sonrisa se le borrará de la cara con la impactante notica que le trae Fermín: al ministro con el que hizo el trato lo acusaron de varios delitos y fue enviado a la cárcel.
Por tal motivo, la plata que invirtió en ese plan se perdió y tiene que ingeniarse una nueva idea para recuperarla para ponerse al mando del pueblo. Aunque no se le pudo ocurrir otra cosa que montar su propia emisora y cobrar por cualquier favor.