Libardo ya no sabe de dónde sacar dinero para impulsar la carrera de su querida Auxilio y no le queda más que pedirle a Fermín, alcalde encargado, que le consigne plata de la alcaldía a su cuenta personal.
Lo que no se imagina es que la cambiarían al gobernador, y este nuevo personaje no dejará que los corruptos se tomen los pueblos, así que manda a investigar la gestión de Libardo en Villafuerte, descubriendo los grandes vacíos e inconsistencias.