Joaquín se encuentra en su casa cuando de repente queda blanco como un papel al ver el fantasma del cliente que murió en su nuevo negocio, a causa de un infarto por el baile sensual de sus empleadas.
Como niño chiquito, sale corriendo a la pieza de su tío Lizardo y juntos se ponen a rezar para que no les halen los pies en medio de la noche.