Ana Rosa García Pérez apareció muerta el 8 de junio de 2020 en la finca que habitaba a las afueras de Puerto Inírida, Guainía. Había sido golpeada con un objeto contundente en la cabeza, asfixiada, y aparentemente abusada sexualmente aproximadamente 36 horas atrás. Los investigadores de la Sijín, descubrieron que podría tratarse de un crimen pasional, así que su compañero sentimental y un amigo cercano se convirtieron en sospechosos. Pero la investigación tomó otro rumbo cuando descartaron la presencia en la zona de ambos sospechosos y un informante entregó una pista clave: Alexander Mátiz, el exnovio de la joven la habría estado acosando por tres meses luego de que ella decidiera terminar la relación.
De esta forma y gracias a triangulaciones telefónicas y otras técnicas de investigación, la Policía confirmó que él había estado en la finca al momento del crimen, entre otras evidencias que lo inculpaban y llevaron a su captura el 1 de agosto de ese año. Al ver las pruebas en su contra aceptó la responsabilidad y fue condenado a más de 19 años, por el delito de feminicidio.
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