Tiburcio está emocionado con la gran oportunidad laboral que pueda tener junto a Albeiro, sin imaginarse que realmente él lo que está buscando es recuperar el tiempo perdido durante todos estos años como padre e hijo.
Por esto, deciden irse a tomar algo y allí Tiburcio le cuenta sobre sus estudios y lo capacitado que está para este nuevo trabajo. Esto hace que Albeiro se sienta orgulloso de él y, por instinto, toma una de sus manos para demostrárselo.
Sin embargo, Tiburcio siente que las intenciones de Albeiro son románticas y prefiere irse a su casa con su mamá.