Gustavo no soporta la ineptitud de Renata, mucho menos ahora que perdió las historias clínicas de sus pacientes, así que le advierte que si no se responsabiliza de sus actos tendrá que dejarla sin trabajo.
Ella se cansa de tantos regaños y termina encontrándose con Virgilio para llevar a cabo un plan que puede perjudicar a la clínica.