Mukaddes siempre se muestra ansiosa y misteriosa, hasta que un día llega el cartero con una correspondencia desde Australia, y con toda la familia presente se descubre que desde hace tiempo la cuñada de Fatmagül le ha estado respondiendo al padre de Kerim sin consultarle.
Endurecido, Kerim grita y le pide Mukaddes que no se siga metiendo en los temas privados de su vida y su familia.