Luego de la llamada recibida por un supuesto informante, Tiburcio convence a Miguel para que se encuentren con ellos a ver qué dato pueden ofrecerle sobre el caso… Y si son los extorsionistas, darles su merecido.
Para eso le piden un arma prestada al fiel celador, pero él les advierte que quien la porta en algún momento tendrá que usarla y no se equivoca en este consejo.